| 1 | Escucha, oh Dios, mi oración; no pases por alto mi súplica. | |
| 2 | ¡Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran | |
| 3 | las amenazas del enemigo y la opresión de los impíos, pues me causan sufrimiento y en su enojo me insultan. | |
| 4 | Se me estremece el *corazón dentro del pecho, y me invade un pánico mortal. | |
| 5 | Temblando estoy de miedo, sobrecogido estoy de terror. | |
| 6 | ¡Cómo quisiera tener las alas de una paloma y volar hasta encontrar reposo! | |
| 7 | Me iría muy lejos de aquí; me quedaría a vivir en el desierto. *Selah | |
| 8 | Presuroso volaría a mi refugio, para librarme del viento borrascoso y de la tempestad. | |
| 9 | ¡Destrúyelos, Señor! ¡Confunde su lenguaje! En la ciudad sólo veo contiendas y violencia; | |
| 10 | día y noche rondan por sus muros, y dentro de ella hay intrigas y maldad. | |
| 11 | En su seno hay fuerzas destructivas; de sus calles no se apartan la opresión y el engaño. | |
| 12 | Si un enemigo me insultara, yo lo podría soportar; si un adversario me humillara, de él me podría yo esconder. | |
| 13 | Pero lo has hecho tú, un *hombre como yo, mi compañero, mi mejor amigo, | |
| 14 | a quien me unía una bella amistad, con quien convivía en la casa de Dios. | |
| 15 | ¡Que sorprenda la muerte a mis enemigos! ¡Que caigan vivos al *sepulcro, pues en ellos habita la maldad! | |
| 16 | Pero yo clamaré a Dios, y el Señor me salvará. | |
| 17 | Mañana, tarde y noche clamo angustiado, y él me escucha. | |
| 18 | Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí. | |
| 19 | ¡Dios, que reina para siempre, habrá de oírme y los afligirá! (Selah) Esa *gente no cambia de conducta, no tiene temor de Dios. | |
| 20 | Levantan la mano contra sus amigos y no cumplen sus compromisos. | |
| 21 | Su boca es blanda como la manteca, pero sus pensamientos son belicosos. Sus palabras son más suaves que el aceite, pero no son sino espadas desenvainadas. | |
| 22 | Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre. | |
| 23 | Tú, oh Dios, abatirás a los impíos y los arrojarás en la fosa de la muerte; la gente sanguinaria y mentirosa no llegará ni a la mitad de su vida. Yo, por mi parte, en ti confío. | |